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1. 1Q84. Haruki Murakami

1Q84 entregado en dos volúmenes, suma en total unas 1200 páginas de lectura Murakami, o lo que es lo mismo, una aproximación a realidades aparentes, verosímiles fantasías, flores desérticas,  momentos de sexo explícito, incógnitas sin resolver, lentitudes del que sabe que el trayecto es largo, oficio vivo y voz propia y viva…
Con Murakami tropecé en 2006. Las 681 páginas de Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, fueron mi lectura iniciática; seguí con el libro de extraños relatos Sauce ciego, mujer dormida; la cinematográfica Tokio Blues; la seudobiográfica De qué hablo cuando hablo de correr; la hipnótica Kafka en la orilla, y he acabado con la recién leída 1Q84.
De todas ellas ha sido Kafka en la orilla, leída el verano de 2011, la que me ha pegado más fuerte como lector, absorbiéndome de un modo parecido a cuando era adolescente y leía grandes obras de la literatura universal.
La lectura febril de Kafka en la orilla, me quedó confirmada de manera casual y no conducida, poco científica pero para mí muy válida. Primero por la sonrisa y las palabras del que recuerda que esbozó mi primo, arquitecto que tras un viaje de un año por Sudamérica mochila al hombro, ahora se dedica al cultivo de alimentos ecológicos; y luego, por la efusividad y las ganas de seguir leyendo de una amiga de mi mujer, extrovertida y alocada maestra.
Supongo que el japonés es de aquellos escritores que fidelizan. Me pasó con García Márquez, Houellebecq o Coetzee. Ahora estoy metido, atrapado de nuevo, en El mapa y el territorio de Houellebecq, lo compré como el que reconoce en una galería de arte a un pintor que siempre
le ha gustado y, por supuesto, sabe que va a acertar, y acierta.
Pero volviendo a 1Q84, es una novela que necesita tiempo y tranquilidad mental. Creo que es una novela que no hay que leer, como hice yo, mientras se trabaja: por la noche, en los ratos libres, durante los fines de semana, rascando minutos… Es una obra para ser leída en periodo vacacional, que te pide fusilar hoy 100 páginas y mañana ninguna, dosificándote con total libertad, necesitada del recuerdo y de cierta digestión.
No es una novela espesa, ninguna de Murakami lo es. En cierto modo es un patrón de una manera de vivir en un mundo que podría haber existido gracias a un solo golpe de viento. Es una obra en la que ocurren cosas que solo pueden ocurrir en un mundo que ha desviado medio grado su rumbo… creo entender que eso también ocurre en la vida real, que se va orientando con movimientos mínimos a través de cada uno de nuestros actos y circunstancias personales, muchas de ellas azarosas… pensemos sino en cómo conocemos a la mayoría de nuestros amigos y quizás también a nuestra pareja, también estamos en el mundo por una selección azarosa en el momento de la concepción, es ese medio grado presente en la vida de cualquier ser humano lo que tuerce el rumbo de nuestras vidas. Esta sutileza con que se mueve el mundo real es un hipotético punto de partida filosófico de gran parte de la obra del escritor nipón.
1Q84 es un libro tan extenso que podrían comentarse de él muchos aspectos: la soledad de los personajes, su individualismo y su actitud ante la vida (el cómo sería yo si…); la búsqueda de la felicidad a través de conocer las necesidades humanas particulares; el mundo como organismo en constante peligro de destrucción; el papel activo de la literatura en el mundo extraliterario, fuera del ojo de las ratas de biblioteca (La crisálida del aire); la visión curiosa hacia las sectas; el arriesgar la vida y el morir armónicamente; la simbología cotidiana (la luna, el parque, la autopista…); la importancia de los detalles, de lo minúsculo, entendido como una especie de efecto mariposa…

Comentar esta obra es una tarea colosal, de ahí que crea que es una novela que merece la pena leer, porque responde a diversas necesidades, toca distintas sensibilidades, obliga a distintas reflexiones… es en el fondo una novela para pensarla y éstas son las novelas que me gustan… las que se pueden pensar y repensar, las que a cada minuto de reflexión dan un nuevo fruto.

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