Vistas de página en total

16. La vida y la muerte me están desgastando. Mo yan.

La vida y la muerte me están desgastando me pareció un título muy potente, verdadero, que cualquier persona con una mínima experiencia vital puede sentir como propio.
La vida produce un desgaste, una erosión, nos pule como a piedras en el río; la muerte produce un desgaste paralelo, la de los seres queridos que ya no están, los que faltarán en un futuro y la nuestra. Con este título creo que se define al hombre, nada se escapa a él. Lo encontré de una genialidad absoluta, acertado como pocos títulos, pero es esta una apreciación subjetiva, de un lector entre miles.
No conocía a Mo Yan, y seguramente nunca hubiese caído en mis manos si no hubiese sido galardonado con el Nobel de literatura 2012 y eso le hubiera llevado a tener un lugar destacado en mi librería de cabecera. Una vez más el azar lleva los libros, las hojas de papel impresas, como si fuesen hojas de árboles llevadas por el viento a lugares distantes y extraños. Digo distantes y extraños porque la literatura china suena a eso, a chino, en la vieja Europa y, por extensión, en la cultura occidental que sufre unas aperturas curiosas, en lo literario, a raíz de la globalización.
Llegado el libro a mi mesita de noche, las más de 700 páginas (escrita en 43 días), y con la curiosidad de un argumento que se me antoja de ejecución difícil: El terrateniente Ximen Nao es ejecutado y baja al inframundo, donde le condenan de forma ilícita a reencarnarse en un burro. Así comienza un inesperado ciclo de vidas, muertes y transmigraciones en distintos animales, pero sólo en el exterior, porque su mente y sus recuerdos siguen siendo los del hombre que era antes de morir. Una realidad cruda, difícil de aceptar y agotadora, ya que cada en una de sus reencarnaciones sufre una nueva injusticia, reflejo de las costumbres de un condado remoto de la China de la segunda mitad del siglo XX; empiezo a leer.

Mo Yan "no hables" es el seudónimo del escritor Guan Moye, "hablar mucho puede traerte problemas" afirma en una entrevista como una muestra más de un sentido del humor que impregna su obra y que tiene su origen en la costumbre de hablar solo siendo niño cuando estaba al cuidado del ganado. Lo humorístico frente a lo dramático de la vida, risa y crueldad mezcladas, risa incontrolable y torrencial en ocasiones, al estilo cervantino, con una potencia similar a la de la picaresca española del Siglo de Oro, época y autores que afirma conocer y admirar. Pero no es ésta la única influencia literaria que se reconoce en su obra y que lleva a los críticos a denominarle el Kafka asiático, o a compararle con Kundera, o a reconocer la huella de Faulkner y Hemingway, o a calificarlo como el pionero del realismo mágico en China...
Incidir en fuentes literarias siempre es peligroso, puesto que puede desdibujar la individualidad del novelista pero fundamentalmente de la novela. Leer a Mo Yan en claves kafkianas o de realismo mágico es un error, aunque sí es cierto que las huellas se reconocen claramente. Por poner un ejemplo claro de este último aspecto: las cabellos que son como venas que al ser cortadas sangran y tienen la capacidad de sanar o la aceptación de la reencarnación...
Con La vida y la muerte me están desgastando ocurre como con las grandes obras de la literatura, cuando has acabado de comentar un aspecto (aunque sea de pasada como hago aquí) aparecen otros, y luego otros y luego otros, ya que es una novela-global, una obra-universo, una explicación-visión de la sociedad y del hombre en círculos ascendentes que permiten puntos de vista diferentes.
 
Hay una pregunta que no me atrevo a contestar ¿por qué escribe Mo Yan esta novela? Una obra que temporalmente recorre desde la implantación del comunismo hasta el año 2000: revoluciones agrarias, culturales, mentales, sociales... mezclado con la tradición y la religión... a lo que se suman las pulsiones universales y atávicas del ser humano. No tengo respuesta quizás no hay respuesta.

Por otro lado, el desplazamiento del antropocentrismo gracias al juego literario con base religiosa de la reencarnación. No es una fábula, no son animales -burro, buey, cerdo, perro- que hablan o actúan como hombres, son almas que cambian de cuerpo. Los animales poseen cualidades en estado puro que superan a las de los hombres en cuanto a pureza. En cierto modo los animales son mejores que los hombres, o bien los hombres son la suma de las cualidades de los animales que no se pueden expresar en mayúsculas porque, a diferencia de ellos que tienen pocas, el hombre es tremendamente complicado. En el fondo creo entender que es la reformulación del antiguo debate sobre las bases biológicas de la conducta.

Este cambio de carcasa biológica y de estatus entre los humanos que marcan la propia vida del animal y de sus aspiraciones de líder, lo fue siendo hombre (terrateniente) y busca el liderazgo o se le presenta la posibilidad de ser líder en sus distintas vidas animales; permiten también el cambio de narrador: la voz totalitaria del terrateniente en el inframundo pasa a ser matizada y "desgastada" progresivamente, primero liviana, agradable y amena voz de burro; luego pesada y constante voz de buey; después mayoritariamente brutal, dictatorial e independiente voz de cerdo; para acabar con la seudohumana voz de perro.

Podría concluir esta reflexión afirmando que es esta una novela con aportaciones novedosas y sorprendentes, una buena historia global, muy amena en algunos episodios y con el mar de fondo de la trascendencia humana y social.

TERMINADO DE LEER ENERO DE 2013


No hay comentarios: