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11. Las armas secretas. Julio Cortázar.

El perseguidor.
Cuando lees a Cortázar, sus novelas, cuentos, relatos, experimentos o como se quieran definir su creaciones difícilmente catalogables, vas cayendo poco a poco en la presencia constante de un autor que se intenta definir, y nos intenta explicar cómo es,  a través de las acciones y peripecias de sus personajes: malditos, soñadores, tristones, solitarios, extramundos…

Durante la lectura de Las armas secretas, pero sobre todo en   “El perseguidor”, especie de biografía vital de Charly Parker, entendí claramente (y los comentarios críticos de la edición de Cátedra así me lo confirmaron) que este Charly Parker podría bien ser Julio Cortázar. Que el escritor se sirve de otros, de la imagen de otros, de la recreación de y en otros, para definirse a sí mismo, intentar encontrarse y entenderse, distinguirse del mundo, mostrar su propio concepto metafísico, su propia visión filosófica intelectual pero también biológica.

El perseguidor es realmente un relato hipnótico como pocos, muestra de una genialidad innata que brota de alguien que no es un genio, como brota el agua de la fuente, cae la lluvia o llega el invierno; como un don innato que canaliza hacia afuera lo interior, en este caso a través de la música, en otros (quizás como en el propio Cortázar) la escritura.

Pág. 179. Nota a pié de página 30.
"Persigue en vez de ser perseguido: Clave del título del cuento. Johny -el creador- es el perseguidor de esa suprarrealidad que domina su propia identidad y que al mismo tiempo aturde con su chispazo genial a los que están inmersos en la realidad cotidiana. Johnny prefigura ya a otro perseguidor, el Horacio Oliveira de Rayuela. En el fondo de estos personajes se encuentra el propio cortazar y su búsqueda ontológica.

Pero... cómo definir a Cortazar... mejor leer la visión que tiene sobre él mismo:
"Yo soy por naturaleza solitario, me siento bien solo, puedo vivir solo, puedo vivir largos periodos solo, eso sobre todo en mi primera juventud, mi adolescencia. Luego ya aquí viviendo en Europa, por otros motivos...pues entonces digamos que descubrí a mi prójimo, así que en ese momento lo que yo reivindicaba un poco como un derecho y casi un orgullo, el hecho de que me dejasen en paz y de que yo estuviera solo, se convirtíó casi en un sentimiento de culpa.
Entonces actualmente yo trato de darme lo más que puedo, cuando pienso que el hecho de darme no es totalmente inútll, que puede en algún plano tener algún sentido.
Es un poco como la historia de Dr. Jeckil y Mr. Hyde, digamos que el solitario es Mr. Hyde, el malo, y que Dr. Jeckil es el que trata de hacer alguna cosa. Entonces hay un continuo divorcio, una continua separación, un enfrentamiento.
Me sucede, y es algo que yo lamento. que a veces en grandes reuniones, en contactos humanos muy bellos en que me siento muy bien y en que estamos haciendo cosas en común, hay un minuto en que Mr Hyde me dice en el oido: "Hombre, ¿Por qué no estás en tu casa tranquilo escuchando algún disco?". " (Entrevista a Julio Cortázar)
http://www.youtube.com/watch?v=qsV85wuwlpU

Septiembre 2012

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